domingo, 12 de mayo de 2019

LA INTERCULTURALIDAD

La interculturalidad se puede definir como el proceso de comunicación e interacción entre personas y grupos con identidades culturales específicas, donde no se permite que las ideas y acciones de una persona o grupo cultural esté por encima del otro, favoreciendo en todo momento el diálogo, la concertación y, con ello, la integración y convivencia enriquecida entre culturas.
Las relaciones interculturales se emplean en el respeto a la diversidad y el enriquecimiento mutuo; sin embargo, no es un proceso exento de conflictos. Estos pueden resolverse mediante el respeto, la generación de contextos de horizontalidad para la comunicación, el diálogo, la escucha mutua, el acceso equitativo y oportuno a la información pertinente, la búsqueda de la concertación y la sinergia.
La interculturalidad no se refiere tan solo a la interacción que ocurre a nivel geográfico sino más bien, en cada una de las situaciones en las que se presentan diferencias. Hay que tener en cuenta que la interculturalidad depende de múltiples factores, como las distintas concepciones de cultura, los obstáculos comunicativos, la carencia de políticas estatales, las jerarquías sociales y las diferencias económicas. Además de acuerdo a la perspectiva con la que sea observada puede entenderse de una u otra forma. Por ejemplo, si se analiza el concepto desde la ética podemos descubrir que la forma en la que se involucra en el enraizamiento de los valores sociales es a través de la promoción del respeto de la diversidad, donde cada persona tiene derecho a ser como desea y el mismo paradigma vale para los colectivos. La ética intenta inculcar valores afines para construir sociedades democráticas, integradas y donde la armonía sea protagonista de la interacción social.

LA PLURICULTURALIDAD


Estos adjetivos refieren a aquello que se caracteriza por albergar o reflejar  varias culturas. Por lo general, la noción de pluricultural se aplica sobre aquellos territorios en los que conviven diferentes tradiciones culturales, desarrolladas por varias etnias o grupos poblacionales.
Un ejemplo de Estado pluricultural es Bolivia (que, desde 2009, se denomina oficialmente como Estado Plurinacional de Bolivia). En este país sudamericano conviven unas cuarenta etnias aborígenes (como quechuas, guaraníes, aymaras y otras), mestizos, nativos descendientes de europeos, población de raza negra, inmigrantes asiáticos y muchas otras colectividades.
El pluriculturalismo puede considerarse, en sí mismo, como un valor. La convivencia entre múltiples culturas implica una pluralidad de conocimientos y tradiciones que enriquece a una nación. Sin embargo, si dicha convivencia no es pacífica ni se desarrolla en armonía, el concepto puede pasar a implicar algo negativo.
Para que lo pluricultural sea positivo, todas las culturas en cuestión deben ser respetadas, sin que unas se impongan sobre otras. De este modo, las diferentes tradiciones pueden coexistir y los integrantes de cada cultura pueden disfrutar de sus derechos.
A menudo se oyen o leen frases que celebran la diversidad, resaltando su potencial en la formación académica y en el desarrollo social de quienes la aceptan, pero poco nos enseñan a entender el verdadero significado de vivir en armonía con otras culturas, de aprender de ellas y de nosotros mismos sin buscar ansiosamente las fronteras. Desde el momento en el que nacemos, se nos asignan datos tales como la etnia, el apellido y la nacionalidad, que se graban a fuego en nuestra persona y hacen todo lo posible por condicionar nuestro futuro.
Una sociedad pluricultural no debería ser una serie de subconjuntos relacionados meramente por cuestiones geográficas; de nada sirve aceptar que alguien se siente a nuestro lado sólo porque las leyes así nos lo impongan, sino que la apertura a la variedad debería nacer espontáneamente, naturalmente. ¿Cuándo se ha visto a un perro discriminar a su familia humana por cuestiones religiosas, étnicas o sexuales? Nunca. ¿Cuántos ejemplos tenemos de personas que realmente se vean reflejadas en sus prójimos sin prestar atención a dichas cuestiones?
Si nunca nos enseñaran a trazar límites, no sería necesario explicarnos que no debemos odiar a aquellos que tienen un color de piel diferente, o que creen en un dios diferente, o en muchos o en ninguno. Dado que, como especie, poblamos un planeta entero, es natural que hayamos desarrollado diferentes culturas y, por lo tanto, también debería serlo encontrarnos con personas de cualquier origen y reconocerlas como pares.
Es importante resaltar que, en la actualidad, todos los países son pluriculturales debido al fenómeno de la globalización. Varios factores hacen que las naciones se formen con los aportes de individuos de distintos orígenes. El desafío para los Estados es sacar provecho de la pluriculturalidad y garantizar que las minorías no sean avasalladas.
En el ámbito académico y profesional, se conoce con el nombre de competencia pluricutural a la capacidad de formar parte de encuentros interculturales, basada en la experiencia y el conocimiento de diversas culturas e idiomas. Justamente, uno de sus principales componentes es la competencia plurilingüe.
Lejos de ser una serie de conocimientos aislados que se aprovechen por separado cuando se vuelve necesario, la competencia pluricultural representa la fusión de experiencias y lenguas en un todo que permita al individuo enriquecerse a partir de sus vivencias, adentrándose en las profundidades de cada cultura y aprendiendo más acerca de la suya propia y de sí mismo.

LA MULTICULTURALIDAD

La multiculturalidad implica la coexistencia de diversas culturas en un determinado territorio y puede entenderse como el reconocimiento del otro como distinto, pero no necesariamente implica el establecimiento de relaciones igualitarias entre los grupos. La historia muestra cómo se ha exigido a los otros desaparecer en tanto grupo cultural, ya sea por medio del etnocidio directo como por medio de modalidades menos violentas, aunque con el mismo objetivo; al respecto, destacan la asimilación y la integración como políticas adoptadas por los Estados nacionales frente a sus pueblos originarios.
Interculturalidad se entiende como un proyecto social amplio, una postura filosófica y un funcionamiento cotidiano ante la vida; constituye una alternativa que induce a replantear y reorganizar el orden social, porque insiste en la comunicación justa entre las culturas como figuras del mundo y recalca la importancia de dejar libres espacios y tiempos para que dichas figuras puedan convertirse en mundos reales. Por ende, la interculturalidad reconoce al otro como diferente. No lo borra ni lo aparta sino que busca comprenderlo, dialogar con él y respetarlo.
La existencia de una sociedad intercultural lleva a considerar marcos de convivencia que permitan la comunicación entre individuos y grupos sociales culturalmente diferentes. Sin duda los derechos humanos son el asidero más cercano a estos marcos inacabados, entendidos como una construcción histórico-cultural, al reconocer su instrumentalización imperialista por parte de gobiernos y Estados occidentales, pero potenciando su dimensión ética, en tanto memoria de lucha por los derechos del hombre

MAPA DE LA DIVERSIDAD CULTURAL EN PERU


IDENTIDAD CULTURAL

La identidad cultural es un elemento que muestra la diversidad cultural como punto de partida de motor de la constante reconstitución de las culturas.
La identidad es la afirmación, reconocimiento y vinculación con la realidad de los sujetos que se constituyen y forman en las distintas culturas. La identidad nos sitúa respecto del otro, al afirmar la singularidad distintiva con base en la que creamos y recreamos un sistema específico de significación, ya sea personal, comunitario o social, adscribiendo así de pertenencia étnica y lingüística; posiciona a los sujetos en un intercambio de prácticas culturales en el que actúan, se relacionan y proyectan. Así, la identidad forma parte de la cultura y a su vez le da sentido y consistencia. Si la identidad parte del reconocimiento de uno mismo, el sentido del yo proporciona una unidad a la personalidad que, para formarse, necesita la presencia del otro que lo transforma y moldea a la vez.5
Se reconocía a la identidad como un espacio personal, frontera subjetiva de acciones particulares en relación inextricable con el entorno social que permite construir el concepto de sí mismo.
Ahora bien, se considera que la presencia de los otros como parte de la constitución de la identidad personal incluye un conjunto de relaciones en que se da la identidad grupal; es decir, el espacio social y subjetivo. Así, la identidad colectiva se construye con la apropiación del conocimiento obtenido por las experiencias en distintas instituciones —la familia, la escuela, la religión, el trabajo—, las cuales el individuo adapta, asume y recrea.

¿QUE ES DIVERSIDAD CULTURAL ?

                                    
Muchos países del mundo consideran la diversidad cultural parte del patrimonio común de la humanidad. El concepto de la interculturalidad apunta a describir la interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y sinérgico. Esto supone que ninguno de los conjuntos se considera por encima de otro.La diversidad de culturas refleja la multiplicidad e interacción de las culturas que coexisten en el mundo y que forman parte del patrimonio común de la humanidad. Según Unesco, la diversidad cultural es para "el género humano", tan necesaria como la diversidad biológica para los organismos vivos.
También se manifiesta por la diversidad del lenguaje,de las creencias religiosas, de las prácticas del manejo de la tierra, en el arte, en la música, en la estructura social, en la selección de los cultivos, en la dieta y en todo número concebible de otros atributos de la sociedad humana.